Por más automatizada que se encuentre, la gestión de flotas requiere de un componente humano indispensable. Dicho componente recae en la figura del jefe de tráfico, que es la persona que está al frente de las decisiones operativas de la cadena logística.Existen pocos cargos tan estratégicos. Un jefe de flota está obligado a liderar cada una de las acciones de la cadena de suministro, desde la planificación de envíos o servicios, hasta la gestión de los descansos del personal y la elaboración de informes periódicos sobre las actividades realizadas bajo su mando.La clave para ello está en la evaluación continua, es decir, la manera en que un jefe de flota es capaz de medir las acciones y sus resultados y de intervenir oportunamente en las etapas del proceso logístico que así lo requieran.
Dicho lo anterior, la pregunta que surge es: ¿cómo saber si la acción de un jefe de tráfico está siendo realmente eficaz? O mejor aún, ¿en qué indicadores o KPIs se deben fijar quienes ocupan este cargo en una empresa? Por supuesto, las respuestas varían en función de las necesidades y la naturaleza de cada caso. La cadena de suministro de una compañía de paquetería nacional no es la misma que la de una empresa municipal de transporte de pasajeros.Aun así, sí que es verdad que se pueden mencionar elementos comunes a los jefes de tráfico —al margen de su sector de desempeño— para determinar la evolución de las acciones logísticas. ¿Cuáles? Aquí tienes algunas:
También conocido como Lead Time: es el tiempo en que el producto sale del almacén y llega a su destino final.
Para ello se deben tener presentes otros factores como la cantidad de pedidos —diarios, semanales o mensuales—, las medidas físicas de la carga y la capacidad de los vehículos de la flota.
Combustible, mantenimiento, rendimiento de la flota: todos estos KPIs caben aquí. También es pertinente incluir los gastos añadidos.
Hablamos de recursos tanto humanos como técnicos. Por ejemplo, es tan importante velar por las condiciones en que se transporta una mercancía como el bienestar de los propios conductores.
La relación en este caso se establece entre el número de admisiones o contrataciones y el de despidos.
El jefe de tráfico debe gestionar el consumo de un bien o servicio con la disponibilidad de la empresa para seguir ofreciéndolo. El estado del almacén es la mejor manera de establecer esta relación.
Por ejemplo, es vital preguntarse cada cuánto se produce dicho agotamiento y si las causas son operativas o de otra naturaleza.
Hablamos de quedas de los clientes en cualquier etapa del proceso. Un dato elevado en este sentido hablaría mal de la cadena de suministro, mientras que uno bajo o nulo indicaría una gestión eficaz.
Este indicador refleja por lo general la aparición de nuevas tendencias en los mercados y oportunidades de negocio.
Este valor se obtiene tras dividir los costes finales del servicio o entrega entre el valor de la carga total distribuida, tras lo cual se determina si las acciones están siendo rentables o no. Un último consejo al hilo de lo anterior: si tu intención es establecer KPIs para la labor eficaz de tu jefe de tráfico, no olvides que estos indicadores deben ser cuantificables, mesurables, temporales y relevantes. Si cumplen estas cuatro condiciones, tus procesos mejorarán y habrás tomado el camino correcto. ¡Empieza ya!