Actualmente los automóviles cuentan con una importante cantidad de sensores que ayudan a su gestión electrónica. Las centralitas, o unidades de control, utilizan dichos sensores para gestionar el funcionamiento del motor, la seguridad y el confort del vehículo. Los sensores inteligentes, una nueva tecnología, van un paso más allá y permiten obtener un diagnóstico completo de los vehículos en tiempo real. Esto permite ofrecer un valor añadido a los conductores de los coches, especialmente en temas de movilidad, seguridad y comodidad. Estos sensores se basan en diferentes tecnologías (Internet of Things o Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial, tecnologías de Big Data y los servicios en la nube) para innovar en el diagnóstico de los vehículos. A continuación, veamos cómo pueden ayudar los sensores inteligentes en los tres puntos mencionados.Mejora en la movilidadLos sensores inteligentes pueden mejorar considerablemente la movilidad de los automóviles. Por ejemplo pueden:
La optimización de rutas puede ser una mejora clave para las empresas de transporte.
En cuanto a temas de seguridad, los sensores inteligentes con capaces de:
La comodidad también es importante para los sensores inteligentes. Gracias a ellos los conductores pueden conducir sin preocuparse de ciertos procesos, como por ejemplo, encender la calefacción del coche si la temperatura es baja, o el aire acondicionado si es alta. El automóvil detecta la temperatura del coche y se regula automáticamente, buscando el confort de conductores y pasajeros por igual.
Los sensores inteligentes, además, almacenan todos esos datos permitiendo lograr un verdadero control del vehículo y de las flotas al tener información precisa e histórica de todos los procesos. Como vemos, la industria automovilística está en constante evolución, y este tipo de innovaciones juegan un papel crucial en cómo será la industria de aquí a unos años. De cara al futuro, donde contaremos con vehículos no tripulados, los sensores inteligentes son un importante avance tecnológico, ya que los coches autónomos podrán elegir sin intervención humana las rutas a seguir y mantener las condiciones adecuadas al interior del coche.